domingo, 26 de noviembre de 2017

Lou Andreas-Salomé





Lou Andreas-Salomé nació como Луиза Густавовна Саломе en San Petersburgo (Imperio ruso), el 12 de febrero de 1861 . Su padre, Gustav Salomé, pertenecía a una familia de hugonotes originarios de Avignon que habían huido de Francia para establecerse inicialmente en Magdeburgo (Prusia) y poco después en los Países Bálticos (Imperio ruso), donde existía una importante colonia germánica. A los 6 años Gustav fue enviado a San Petersburgo para recibir educación militar, cuyo conocimiento demostró valientemente en el frente contra los insurrectos polacos a la edad de 27 años, haciéndole acreedor de un título nobiliario concedido por el zar Nicolás I. Tras ser ascendido a General, ingresa en el Estado Mayor y el zar Alejandro II lo nombra Inspector del Ejército. A los 40 años se casa con Louise Wilm, hija de un acaudalado fabricante de azúcar de ascendientes daneses. Tienen cinco hijos varones y una hija, Luisa.

Luisa creció al margen de la sociedad rusa en una pequeña comunidad de inmigrantes de habla alemana y en la que su padre había consegudo del zar el permiso para constituir una Iglesia Reformada. La primera lengua de Luisa era el alemán, aunque también conocía el ruso, el francés (idioma hablado por la alta sociedad) y el inglés que aprendía en un colegio privado. Ávida de la lectura, pronto lee a Spinoza y a Kant. A los 17 años pierde a su padre, a quien idolatraba, y, desconsolada encuentra una réplica de la figura paterna en su tutor, el pastor holandés Hendrik Gillot, a quien pide le enseñe teología, filosofía, las religiones del mundo, literatura francesa y literatura alemana. Gillot, que fue quien por primera vez la llama Lou, siente un amor platónico por la joven, hasta tal punto que considera divorciarse de su esposa. Cuando Gillot propone a Lou el matrimonio, ésta lo rechaza escandalizada.

Lou Salomé, contraviniendo el consejo de su madre, decide ir a la Universidad, y finalmente ella y su madre viajan a Zurich, para matricularse en el único centro universitario europeo que admitía mujeres en esa época, donde estudia Lógica, Historia de las Religiones y Metafísica. Lou Salomé cae enferma y su madre la lleva a reponerse al sol de Italia. A sus 21 años conoce en un salón literario de Roma al rico filósofo alemán judío Paul Rée, doce años mayor que ella y amigo de Friedrich Nietzsche. Dos meses después del encuentro Lou Salomé y Paul Rée se convierten en pareja, y él le pide su mano en vano. Intelectualmente sintonizaban, pero ella sentía repugnancia física hacia él. En 1901 Paul Rée se suicidó justo en el lugar en donde Lou Salomé le había rechazado veinte años antes.

En 1882, Paul Rée presenta a Lou Salomé a Friedrich Nietzsche, que tenía 38 años. Nietzsche propone a la pareja configurar un trío intelectual platónico. Friedrich Nietzsche y Lou Salomé pasaron un verano juntos en Tautenburg (Turingia, Alemania), debatiendo sobre filosofía. Ella tiene en común con él haber reflexionado sobre la muerte de Dios y una pasión por la filosofía oriental.
Nietzsche se enamora de la “fascinante joven rusa” y le manifiesta su deseo de casarse con ella. Lou Salomé lo consideraba solamente como amigo e interlocutor imaginativo, y no acepta la propuesta. Además, Elisabeth Nietzsche hace lo imposible para que esa relación no prospere. Friedrich Nietzsche no perdonará jamás a su hermana por su actitud de rechazo a Lou Salomé. Él cae en una gran crisis depresiva acosado por pensamientos suicidas y se marcha a Rapallo, donde en sólo diez días, tras unos dieciocho meses de incubación, escribió la primera parte de su poema filosófico Also sprach Zarathustra (“Así habló Zaratustra”), el producto de este amor frustrado. Por su parte, y mucho más tarde, en 1894, Lou Salomé escribió un estudio sobre la personalidad y pensamiento de Nietzsche con el título Friedrich Nietzsche in seinen Werken (“Friedrich Nietzsche en sus obras).




En 1886, y todavía en Italia, Lou Salomé conoce al orientalista Friedrich Carl Andreas. Era bajo y rechoncho. No era un hombre atractivo, ni reconocido como Nietzsche. Era un hombre tan gris y reservado como sorprendente. 
El abuelo de Friedrich Carl Andreas se instaló en la India a principios del siglo XIX y se casó con una mujer malaya, que tras morir su marido, contrajo segundas nupcias con un noble persa de estirpe regia, pero conservó el nombre de su primer esposo. 

En 1875, Friedrich Carl Andreas, que contaba ya 30 años, regresó con su familia a Alemania. Tenía una sólida formación en historia, ciencias naturales y arqueología y gozaba de una excepcional reputación como médico; pero sus técnicas no eran ortodoxas, había traído consigo los conocimientos de medicina natural de las tradiciones orientales. Estudiaba las técnicas totémicas a través de las cuales los brujos captaban las energías y potencia de los animales. Hablaba varios idiomas y estaba familiarizado con las culturas orientales a las que conocía en profundidad y desde dentro: no en vano, una parte de su personalidad, pertenecía al misterioso oriente. 

En 1886, cuando era catedrático del Instituto de Lenguas Orientales de Berlín, conoció a Lou Salomé y se enamoró de ella. La amenaza con suicidarse, si lo rechaza. Ella consiente a condición de que el matrimonio no sea jamás consumado. Convence a su antiguo tutor, el pastor Hendrik Gillot, que celebre su matrimonio con Friedrich Carl Andreas el 20 de junio de 1887. Permanecieron casados cerca de 43 años. Durante ese tiempo, el doctor Andreas jamás la poseyó físicamente, pero nunca la perdió del todo. Si bien es cierto que Lou Andreas-Salomé mantuvo relaciones con otros hombres, íntimas en algunos casos, siempre, antes o después, volvió con Friedrich Carl Andreas. De hecho, la vida de Lou Andreas-Salomé era la de una intelectual bohemia paneuropea siempre de viaje y manteniendo correspondencia con los mayores pensadores de su tiempo.

En 1897, cuando Lou Andreas-Salomé tiene 36 años, conoce al gran poeta Rainer Maria Rilke, 14 años más joven que ella. Viajan los dos a Rusia e inician una relación amorosa que se prolonga por tres años para transformarse en una amistad duradera hasta la muerte del poeta. Lou Andreas-Salomé escribirá un ensayo sobre Rainer Maria Rilke.

En 1911 Lou Andreas-Salomé, cuando contaba 50 años, conoció a Sigmund Freud, quien la llegó a admirar no sólo por su belleza sino especialmente por su inteligencia. Ella visitó al psiquiatra vienés con la esperanza de que pudiera revelarle algo sobre los misterios de su personalidad. Prefería siempre el contacto espiritual e intelectual antes que el físico. Era indiferente a los sentimientos que despertaba en los hombres que conocía. Permaneció virgen hasta los treinta años y jamás mantuvo relaciones sexuales con su marido, el doctor Andreas. Tras su ruptura, Nietzsche dijo de ella que sufría "atrofia sexual”. Fue una mujer de sexualidad anómala. No se sintió jamás madre ni amante, probablemente tampoco mujer sino hasta muy avanzada su madurez. Su complicada vida erótica y sentimental explicaba el interés desmesurado que sentía por la obra de Freud en los albores del psicoanálisis. Deseaba seguir la trayectoria de Sigmund Freud para conocer los porqués de sus inhibiciones eróticas, los motivos de su "atrofia sexual". Y creyó que el doctor Freud tenía las respuestas. Desgraciadamente no era así. La vida de Lou Andreas-Salomé no mejoró tras compartir las más atrevidas teorías de Freud y siempre regresó en compañía del doctor Andreas y de sus experimentos alternativos. Intercambió correspondencia con  Sigmund Freud y se opuso a los planteamientos sobre la religión que éste exponía en sus últimas obras. Finalmente Lou Andreas-Salomé prefiere a Anna Freud como psicoanalista y Sigmund Freud permite que Lou Andreas-Salomé se integre en el "círculo interno" de la Sociedad Psicoanalítica de Viena y da cuenta de sus planteamientos en su libro Lebensrückblick

Lou Andreas-Salomé fue una escritora prolífica. Son obras suyas los ensayos sobre Nietzsche, Tolstoi, Rilke, sobre el psicoanálisis y sobre el feminismo; novelas bajo los títulos Ruth, Hijo de los hombres, Rodinka; una autobiografía, que ha querido fuese póstuma, Mi vida; así como una copiosa correspondencia.

En 1937, en una Alemania dominada por la ideología nazi, Lou Andreas-Salomé fallece de un fallo renal el 5 de febrero, a la edad de 76 años en Gotinga. Sus paisanos la llamaban "la bruja de Hamberg”. Hasta los 65 años tenía aspecto de no superar los 40. Quienes conocieron a Lou Salomé nos la describen como alta, de ojos azules, "muy luminosos"; con los años su pelo había adquirido un tono platino. Con nariz respingona y boca suave, había conservado un aspecto atractivo a pesar de su edad. 

La Gestapo confiscó su biblioteca y prohibió cumplir su deseo de esparcir sus cenizas en el jardín de su casa, que ella llamaba Loufried. Son llevadas al cementerio de Gotinga, junto a los restos de su esposo Friedrich Carl Andreas.
Sobre la vida de Lou Andreas-Salomé se estrena en 1977 la película ‘Al di la del bene e del male’ de Liliana Cavani y en 1981 la Bayerischen Staatsoper München interpreta por primera vez la ópera ‘Lou Salomé’ compuesta por Giuseppe Sinopoli.


MAG/27.11.2017

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